Los sistemas sanitarios se enfrentan al desafío de atender adecuadamente las necesidades de poblaciones culturalmente heterogéneas (Mendonza et al., 2019). La pandemia ha resaltado la necesidad de garantizar el acceso a la atención sanitaria y de promover un servicio de calidad para todas las personas sin excepción (Perna y Moreno, 2021). En este escenario, la mediación intercultural sanitaria instaura un entorno de respeto mutuo y trabaja paliando las distintas barreras y factores negativos que determinan la salud de las poblaciones más vulnerables, como las poblaciones migrantes (Verrept, 2019). Así mismo, ocupa un papel esencial al prevenir y promover una atención integral sobre las diferentes necesidades sociales de los colectivos más vulnerables (Silva, 2020), garantizando la accesibilidad y la equidad del sistema sanitario (Rubio y Rubio, 2020). Este trabajo tiene como objetivos identificar el valor que aporta la mediación intercultural a la atención sanitaria y conocer cuáles son las funciones y experiencias realizadas en el ámbito. Para averiguarlo se ha elaborado una revisión narrativa, haciendo hincapié en la literatura de los últimos ocho años. Los resultados muestran la necesidad de definir la figura profesional del/la mediador/a intercultural sanitario/a dados los beneficios que aporta, al mejorar la calidad en la atención sanitaria y al promover un sistema de salud más accesible y equitativo. Más aún en situaciones de crisis sanitaria, donde se han visto acentuadas las vulnerabilidades de las poblaciones migrantes. Se refleja un largo recorrido para lograrlo lleno de desafíos y nuevos retos dada la naturaleza cambiante de nuestra sociedad.